El pasado domingo 28 de febrero, la Hermandad del Santo Entierro culminaba sus Cultos de Cuaresma con la Solemne Función Principal de Instituto y el Besamanos a las Sagradas Imágenes Titulares de la Cofradía.
La Virgen, acompañada de dos candelabros de guardabrisa, se encontraba a los pies del novedoso altar de cultos esperando recibir el amor de sus hijos escaceneros. La Virgen de la Soledad se presentaba luciendo las mismas galas que durante los días anteriores en el Solemne Triduo.
Las Stma. Virgen y su hijo se situaban justamente debajo de la cúpula que culmina los techos de la Iglesia parroquial del Divino Salvador. Tanto la Stma. Virgen como el Stmo. Cristo Yacente se situaba sobre una pequeña plataforma que la Hermandad ha preparado para estos días de besamanos; ambos flanqueados por varias piezas de candelería y dos elegantes jarras de claveles rojos en forma cónica. En lo más alto del altar de cultos, coronando la escena maternal, la sobrecogedora cruz de donde descendieron a cristo ya muerto.
Os dejamos unas fotografías de este bello culto, que se caracterizó por la sobriedad de la Solemne Función y el amor desmesurado que Escacena entregó a su Madre e Hijo en el Besamanos.
La Virgen, acompañada de dos candelabros de guardabrisa, se encontraba a los pies del novedoso altar de cultos esperando recibir el amor de sus hijos escaceneros. La Virgen de la Soledad se presentaba luciendo las mismas galas que durante los días anteriores en el Solemne Triduo.
Las Stma. Virgen y su hijo se situaban justamente debajo de la cúpula que culmina los techos de la Iglesia parroquial del Divino Salvador. Tanto la Stma. Virgen como el Stmo. Cristo Yacente se situaba sobre una pequeña plataforma que la Hermandad ha preparado para estos días de besamanos; ambos flanqueados por varias piezas de candelería y dos elegantes jarras de claveles rojos en forma cónica. En lo más alto del altar de cultos, coronando la escena maternal, la sobrecogedora cruz de donde descendieron a cristo ya muerto.
Os dejamos unas fotografías de este bello culto, que se caracterizó por la sobriedad de la Solemne Función y el amor desmesurado que Escacena entregó a su Madre e Hijo en el Besamanos.
Fotos: Miguel D.
