La Luna salió e iluminó a su pueblo. Dubitativo amaneció el 25 de abril en Escacena; débiles lluvias intermitentes que hicieron dudar a más de un devoto/a, fue sobre todo la inestabilidad que azotaba el cielo de Escacena, donde todo se desenlazó un susto.
Ntra. Sra. de Luna recorrió su pueblo una vez más a un buen ritmo haciendo que esta salida extraordinaria fuera muy amena para todos. Entre los sitios donde la bulla se hizo notar fueron las salida, calle Tejada, el Templete, salida y entrada en el pueblo, calle Rábida, Cementerio, Casa de Hermandad y entrada entre otros. A parte de estos sitios, la Virgen de Luna se encontraba rodeada de gran multitud de personas en todo momento.
Puntual se producía la salida de nuestra patrona por la puerta de la cuesta rodeada por sus devotos/as que le cantaban multitud de sevillanas, vivas y petaladas. Con forme avanzaba se hacía notar la conocida devoción de Escacena hacia la Virgen de Luna. Entre vivas y sevillanas llegó a la calle Tejada, donde se encuentra el axilo de ancianos y lo que fue en su día el Convento de Sor Ángela de la Cruz, a la entrada de esta calle. Al final, la Capilla de la Santa Cruz de la Calle Tejada, lugar donde se escucharon varias sevillanas entonadas por el coro de la Hermandad y un sin parar de repique de campanas. Más tarde y sin parar de dedicarles cada estrofa de cualquier sevillana avanzaba poco a poco una vez más hacia el templete inaugurado en el año 2001 que conmemora la aparición de la Virgen de Luna a un arriero; sitio adentrado en el campo que recibe el nombre de "Prado de Luna". Allí nuestro párroco y director espiritual de la Hermandad realizó una misa de acción de gracias. Cuyos cante lo entonaban el Grupo Almorada.
Acabada la esta eucaristía, la Virgen de Luna rodeada de cohetes, ramos de flores, petaladas, vivas y sevillanas regresaba a su pueblo avanzando por la calle cartuja hasta llegar a la plaza de Andalucía, donde se escuchó una gran ovación por parte del pueblo que engrandecían aún más la procesión.
Una vez en el pueblo, llegó al parque de la Libertad, avanzando con ella hasta llegar al monumento allí situado que conmemora sus 400 años de patrocinio sobre el pueblo de Escacena. Avanzaba esta procesión minutos más tardes hasta situarse en la calle Rábida, lugar donde se encuentra la capilla de la Santa Cruz de Abajo. Allí le esperaba la Banda Municipal de Villalba del Alcor. La cual entonó "Esperanza de Triana Coronada" hasta llegar a las puertas de la Capilla, donde empezaron a tocar la marcha "Virgen de Luna" que compuso un componente de ésta.
A medida que avanzaba para acercarse al Cementerio de la Trinidad, los files que se situaban alrededor de ella fueron incrementando, al igual que lo hacían los ramos de flores. Una vez acabada la oración que allí se rezó a las puertas de la capilla del Santísimo Cristo de la Misericordia, Ntra. Sra. de Luna se despedía de la calle Manzanilla para llegar por primera vez a la Casa de Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno en la cual le cayó una gran petalada y donde el grupo Almorada cantó varias sevillanas y canciones populares de la Virgen de Luna.
Para esta ocasión, en la Casa de Hermandad se encontraba montado un precioso altar donde se encontraba la imagen titular del Niño de Dios flanqueado por dos candelabros guardabrisas cerrado por el hermoso dosel de color rojo e ilustraciones en dorado. Momentos antes de marcharse, la Hermana Mayor de la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno le hizo entrega al Presidente de la Comisión de Cultos de Ntra. Sra. de Luna un broche dorado en recuerdo de sus 50 Aniversario.
Volvía la Virgen de Luna a la Iglesia Parroquial del Divino Salvador arropada por gran multitud de fieles y devotos que estuvieron ocho horas y media acompañándola por su pueblo demostrando que Escacena profesa a su reina. Pasada las 14:15 horas cuando la Virgen de Luna cruzaba el dintel de la Puerta Principal y el sueño volvía a terminarse, la madre de Dios, la madre de los escaceneros, madre de madres y nuestra madre garbancera regresaba entre lágrimas por parte de fieles, vivas y piropos al Presbiterio del altar mayor de la iglesia, después de llenar de salud cada rincón de nuestro mariano pueblo.
Fotos: Miguel D.
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