Retengamos el tiempo, esto se nos va de las manos; y es que, a menos de tres míseros días, nos encajaremos en Domingo de Ramos. Esto se acaba.
Como me gustan todas las horas del Domingo de Ramos, en todas y cada una de ellas siguen vivas la ilusión y la esperanza, tal como se dejaron el año pasado. Esa mirada al reloj, pidiendo cada vez con más fuerzas que el tiempo no se valla tan deprisa.
Pasarán las horas, y con ellas, los días santos: Lunes, Martes, Miércoles... y cuando llegue el Jueves Santo, Escacena entera se para. Aquí ya no habrá tiempo, no habrá horas porque llega a nuestros corazones lo que muchos llevamos esperando dos años: el pasar de nuestras cofradías. Las inclemencias del tiempo del año pasado decidieron que no procesionaria ninguna Cofradía, ni una tan solo. Y así fue.
Pero, dejando el tema meteorológico a un lado, me gustaría transmitiros los momentos que se viven en la Iglesia Parroquial del Divino Salvador. Los pasos en sus respectivos sitios anuales, los palios montados, el Stmo. Cristo de la Vera Cruz preside su paso, Ntro. Padre Jesús presidiendo también su paso y con él su sitio privilegiado, el Santo Entierro en su paso, la Virgen de los Dolores y la Virgen de las Angustias, preparándolas para su próxima subida al paso, el típico olor de azahar en la calle... Esto se nos acerca queridos amigos.
Queremos despedir este escrito con una sevillana del grupo Almorada, titulada "La Pasión de Escacena" que se encuentra en su primer álbun tutilado "Un Manantial de Sueños".
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