21/02/09

Historia de la Hermandad del Santo Entierro.


Los orígenes de esta Sta. Confraternidad, aunque difusos, los podemos situar aproximadamente durante la segunda mitad del siglo XVI , época en la que se produjeron multitud de fundaciones de la Soledad por toda la actual provincia de Huelva.


La primitiva Hermandad del Sepulcro y Soledad, como así se llamaba, era de disciplina y se hallaba establecida en el desaparecido convento de Carmelitas de esta villa de Escacena del Campo (Libro Conventos Carmelitas de Andalucía, capítulo III de los conventos de Escacena y Écija), aunque se pierde su rastro cierto tiempo posiblemente por el traslado de su sede, ya que en 1693, según los libros de visitas Nº 10 y 15 (año 1708, folio 11 vuelto) del Archivo Arzobispal de Sevilla y la obra “Escultura Mariana Onubense” de D. Juan Miguel González Gómez y D. Manuel Jesús Carrasco Terriza, contaba con ermita propia, la Ermita de la Soledad.

Existía antaño una ceremonia religiosa-popular, conocida popularmente como “ El Descendimiento”, que consistía en un acto público celebrado el Viernes Santo, en el que se colocaba al Cristo del Sepulcro en una cruz situada en el retablo mayor. Un sacerdote realizaba el sermón y narraba la situación de Cristo en la cruz. Varias personas encarnaban a los personajes del pasaje bíblico representado (Nicodemo, José de Arimatea, San Juan, la Verónica, las tres Marías y los ángeles niños) y el sacerdote anunciaba a los Santos Varones la presentación de los clavos, potencias y corona de espinas a los pies de la Virgen. Acto seguido, se descendía al Cristo, se le presentaba a la Virgen de la Soledad y se introducía en la urna o sepulcro para su posterior procesión. Dicho Cristo del Descendimiento se conserva hoy en la Capilla del Bautismo. La Hermandad cumplía las tradiciones de comprar los zapatos nuevo a los ángeles y a la Verónica y convidar a dulces a todos los personajes que participaban en la escena.

En la Iglesia parroquial existió un grupo escultórico, compuesto por una Virgen Dolorosa al pie de la cruz y con Cristo descendido y muerto sobre su regazo, que se conservaba en el camarín central del Retablo Mayor de la Iglesia hasta su desaparición en los incendios de la guerra civil de 1936, lugar que ocupa hoy día una imagen del Sagrado Corazón.

La Hermandad realizaba una serie de tradiciones que se cumplían fielmente, tales como:

Compra de zapatos.- Consistente en la compra de zapatos nuevos a los niños que hacían de ángeles y Verónica en el descendimiento.

Invitación.- Convite a cargo del Hermano Mayor al que acudían todas las personas que tenían un papel en la representación del descendimiento. Esta tradición se abolió el 21 de Mayo de 1818 por orden del Señor Vicario debido al grado de lujo y ostentación al que habían llegado, impidiéndose que entraran en la Hermandad hermanos de clase pobre.

Limosna de trigo.- Petición pública de limosna de trigo en época de su recolección para su posterior venta.

Recogida del Niño de la Llave.- El Viernes Santo, justo antes de la Salida Procesional, dos miembros de la Junta de Gobierno vestidos de nazarenos van al domicilio del niño que ese año portará la llave del Sepulcro. Acompañados del niño, golpean las puertas de la Iglesia pasar dentro donde esperan la salida de la procesión.

Foto: Miguel D.

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