La entrega que hoy ofrecemos a los lectores de Escacena Cofrade es de carácter literario. Con la cercanía a la Semana Santa os presentamos el Mini Pregón, un microespacio que forma parte del programa Pasión Nazarena, emitido cada miércoles de Cuaresma a partir de las 21:00 horas. Dentro del programa que dirige José Fadrique y bajo el título de Mini Pregón, Antonio Vázquez Miranda, hace una exaltación de diferentes aspectos de la Cuaresma, en tan solo unos breves minutos. Este espacio literario cuenta con varias entregas que iremos publicando a lo largo de las semanas. Os dejamos con el primero de ellos.
A la lumbre de la cuaresma, cuando en vilo constante se muestran las emociones, es
llegado también un tiempo de celebración. En la intima capilla, entre retablos de antiguas
devociones, o en el templo luminoso, bajo el amparo de ojivas, se repite la estampa del culto
de puertas adentro, del ritual cariñoso, del emotivo acercamiento.
No es tiempo aún de exteriores, de manifestaciones de fe sobre calles abiertas a la luz
del sur. Es el tiempo de la recogida ceremonia de la oración fruncida . No es aun el momento
de la explosión de sonidos, colores y olores; es el tiempo de la implosión hacía el encuentro
recoleto con nuestra devoción.
La cuaresma nos regala al pasar de los días, multitud de instantes plenos, que en su
conjunto conforman una ayuda medida y meditada para el camino que este tiempo de
preparación nos ofrece.
Los montajes efímeros se alzan en los altares mayores, destacados y visibles, en una
proeza de las priostías, que desafían en e
Es el turno del rezo, del solemne culto pautado, con reminiscencia de antiguas fórmulas
en la palabra y el canto, que nos trasladan a aquéllos años de misteriosos descubrimientos. Y
es también el tiempo del acercamiento real a nuestras veneradas Imágenes. Cuando en la
semipenumbra de una tarde de casi primavera, nos plantamos cara a cara con Ellos, en el
besamanos recogido, o en el besapiés esperado, recorre los adentros la sensación de que solo
el tiempo pasa, que la fe no se muda, que el cariño no se pierde y que en el acogimiento de sus
manos, en el manto de su mirada, está nuestro tesoro. Porque allí donde esta tu corazón, si,
estará tu tesoro.
Que venga el Triduo fervoroso, que por las paredes se anuncie la convocatoria del
Quinario solemne, de la Función Principal, verdadera fiesta de hermandad, del besamanos
místico, del traslado sobrecogedor. Que se inunden los días de ilusiones y esperanzas, en la
antesala hermosa de estos días, que a un mismo tiempo llaman a la reflexión, y que anuncian
en el almanaque de adentro, la llegada de la efervescencia del espíritu.
Cuaresma. Es Tiempo de la Cuaresma, hermano. Y tu, ¿Por donde andas?
Antonio Vázquez Miranda
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